(vaya juego de palabras más lamentable, ya perdonaréis mi falta de inspiración)
En fin, vayamos al tema que nos ocupa. Desde el mismísimo instante en el que mis padres decidieron llamarme Aitor, quedó claro que yo estaba destinado a una vida repleta de sobrenombres. Y es que aproximadamente el 93.7% de las personas que he conocido a lo largo de mi vida han hecho el original chiste de Aitor-menta, Aitor-tilla, o cualquiera de sus múltiples variantes que he llegado a listar varias veces a lo largo de mi vida.
Sin embargo, cuando oía con aire cansado este tipo de bromas, no imaginaba que lo peor estaba por llegar. Ya la primera semana que pasé en Mañolandia, una de mis compañeras de clase decidió, sin motivo aparente, empezar a llamarme Fresita. Por suerte, en un sorprendente giro de los acontecimientos que incluye una danza/cortejo del tigre en plena universidad, la chica en cuestión acabó quedándose con el mote de Fresita y yo pude seguir con mi vida.
Por desgracia, mi relación con las frutas no terminaba ahí. Algo así como un año después, cuando el episodio de Fresita había quedado enterrado en el pasado, la dislexia y el alcohol se unieron en ciertas personas produciendo la catástrofe. En una camiseta en la que sólo ponía “Kanazawa”, ellos dieron por leer Manzanita. El resultado fue inevitable. A partir de entonces, Manzanita se convirtió en un apelativo cariñoso que por alguna razón les sigo permitiendo a ciertas chicas. (Lo peor es que siempre me entra cierta morriña cuando lo oigo. Maldito sentimentalismo)

¡Ay, qué mala es la dislexia!
Estos son algunos de los motes con historia que he sufrido, pero no los únicos. Por ejempli, la incapacidad de ciertos aragoneses de pronunciar correctamente mi nombre han llevado a la utilización de mi apellido, Villafranca. La fonética también me ha jugado malas pasadas, con ejemplos como Eye-toy, o Gaytor. Sin olvidar por supuesto, Criterio Único, que ha dado nombre a este blog.
Y si me ha venido a la cabeza todo esto, ha sido porque hoy, como golpe bajo definitivo, cierto energúmeno me ha dicho que me parezco al Superagente 86. Menos mal, que mi moral es indestructible.
Pues yo creo que me parezco más al de la derecha…
En fin, para terminar, voy a dejar en el panel lateral del blog una encuesta para que votéis por vuestro mote favorito, o si os sentís más originales, podeis dejar vuestras sugerencias o comparaciones en forma de comentarios. Ah, y para que no sufra en solitario, sois libres de comentar vuestros motes más absurdos.
Hasta pronto.